Leo, desolado, que Dominique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional, ha sido acusado de intento de violación de una camarera del hotel de lujo en el que se encontraba alojado en Nueva York. Hotel, dicho sea de paso, en el que el coste de una noche de alojamiento es de unos 3.000 euros.¡Qué necesidad!
Y digo yo: qué necesidad tenía este pobre hombre —digo pobre hombre, no hombre pobre— de complicarse la vida de esta manera. Y de complicárnosla a los demás. Por si no fuera poco la crisis que tenemos, nos mete ahora en este jaleo.
¿Dónde va a quedar nuestra confianza sobre esa institución?
Por supuesto que compartimos las palabras de la ministra Salgado de que, hasta que no se demuestre lo que sea, hay que contemplar la presunción de inocencia. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Y pregunto yo: ¿y por alojarse en un hotel que vale 3.000 euros la noche se le va a juzgar?
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