miércoles, 1 de junio de 2011

¿De quién es la calle?

Desde hace unos cuantos años, sobre todo los que nacimos durante la dictadura, tendemos a pensar, a la vista de los usos y costumbres ciudadanas, que la calle es de todos. Pero, de vez en cuando, sucede algo que nos recuerda que en realidad no es así. Los habitantes de Madrid lo supimos con certeza el día que se casó el príncipe Felipe. El otro día, los ciudadanos de Barcelona lo sufrieron en su cuerpo.
No sé quién es Felip Puig, consejero de Interior de la Generalitat de Cataluña, pero, a la vista de su comportamiento, bien podría ser un alumno aventajado de Manuel Fraga.
Sea como fuere, la intervención de una de las fuerzas de seguridad del Estado —imagino que los Mossos también lo son— recuerda aquello que dijo el exministro franquista, expresidente de la Xunta de Galicia y militante de honor del PP, Manuel Fraga, en su momento, de que la calle era suya.
Menos mal que en Madrid, aún, las competencias de orden público —no sé si debería decir desorden— son del Gobierno Central, y no de Esperanza Aguirre...
En todo caso no tenemos derecho a quejarnos, la mayoría de los españoles con su reciente voto han dicho, soberanamente, lo que prefieren: una monarquía de súbditos, frente a una república de ciudadanos.


Mi amigo diseñador, me envía una lección de democracia, al tiempo que escribo estas líneas.